LAS TARDES de Eva

Eva miro mis manos….suspiro en ellas, durante un instante senti cual era la magia de la vida brotar de sus labios delgados.

Eva se irguió y al mirarme con sus ojos negros, se sonrio, como una niña traviesa, levanto su mano y coloco su dedo en mi boca.

La historia del gato en el arbol y mi escapada al jardin de rosas, quedo en el olvido.

-No debes decir mentiras- dijo graciosamente, mientras contemplaba mis raspones en mis desgraciadas manos, se dio media vuelta tarareando, mi cancion favorita.

-que deseas hoy de cenar?- me dijo pero yo me perdia en los ondulantes movientos de sus cabellos, la ví resplandecer con el sol de la tarde, su voz sonaba como las finas notas de una cancion alegre que te habla del dolor.

Y ella me hablaba de amor.

Yo permanecia ahí frente a ella, inútil, como un absurdo ante tanta belleza divina, porque solo Dios y nadie mas que el, podían ser tan bellos como mi Eva, nombre celestial, que en mi boca se deleitaba.

Me gustaba, me gusta y siempre amare decir su nombre…. Eva.. con el viento…Eva … a la luz d el sol…Eva siempre conmigo.

El sol moria en el cielo teñido de un rojo que solo solian tener los labios de Eva, se iba lentamente, pero ella se veia hermoza bajo las sombras del crepúsculo, niña amante, mujer madre, mi Eva de suspiro que lavaba los platos junto a ala ventana, mientras yo callaba,,, yo siempre calle.

Me gustaba callar ..para mi Eva